martes, 15 de junio de 2010

Reader

Tres, dos, uno, e inicio, cansado de llevar tanto sonido en la cabeza:
...Si repartiéramos de manera equitativa todos los problemas que los humanos llevamos, luego desearíamos que se nos devuelva lo que llevabamos antes...
O algo así, una frase que leí hace cuchocientos años en una Reader's Digest, y no sé por qué pasó en este momento por mi cabeza.

No estoy en "1984", no tengo que dejar ninguna huella en este blog para ver que no ha sido "abierto", soy libre de expresar, pero a veces, por este medio...
Me cuesta tanto expresarme...
Frase que repite El Viejo de "Las sillas" de vez en cuando, y contrata a El Orador, quien deberá transmitir el mensaje del viejo al mundo.

¿Por qué empiezo, entonces?

Y por qué tendría que decirlo, por qué no solo escribir cualquier cosa, sin buscar el hecho de explicar la razón, como dice Juan Pablo Castel:
Pero ¿por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida?
Aunque, él, justamente peca de eso en todo "El túnel".

O no sé si la palabra es "pecar", tal vez lo digo para librarme de la "condena" de dicho término, pues también soy de los que no vive sin una explicación, sin buscarle ¿un, el? "sentido" a todo, como también, y creo que es motivo de lo anterior, un empedernido de los "significados"; un exagerado "sabelotodo", aunque...
Solo sé que nada sé
que nos es capaz, a veces, de detener su vanidad, pero si recordamos otra vez a Juan Pablo (Castel, como "me cae" ese tipo):
 De la vanidad no digo nada: creo que nadie está desprovisto de este notable motor del Progreso Humano.
 En fin, tal vez igual de loco (pero aún si haber matado, por lo menos de una manera "real", aunque Juan Pablo solo es un personaje), inicio este "nuevo" blog, esperando, como he esperado en los otros, ser cotidiano (quotidĭe) o por lo menos, "regular".

Don't take care!